Tenían que ser las doce, casi rebotaba en cada granito
del piso la luz, el ruido había parado, pero no tanto y ese olor asqueroso que
siempre venia de al lado...
Quien quiera
que apreciara sus sentidos, en una forma
sutil evitaría pasar por aquella puerta, que ni tanto era, se vería bien en una
de esas películas…en blanco y negro, muditas o a lo frankestein, así de
aburridas...
Nadie recogería
esas plumas, nadie buscaría en su bolsillo y mucho menos tocaría el timbre,
aunque ella...
No recordaba si detestaba más los vahos hediondos de
su propia boca... o aquella cosa que creía la mujer de junto aroma a hogar. Sin
duda eran laS doce.
con varias opciones igualmente inútiles e indiferentes
para el resto de la humanidad, decidió levantarse, y por amor a sí mismo,
lavarse los dientes, tal vez también la cara "debería sacar el espejo, o
mi reflejo de ahí" pensó, sí, es verdad, no es la bienvenida que uno espera
apenas amanece, un rostro roído por la memoria externa, por la vanidad del
solitario que vaga y busca tantas veces su mariposa, como un cadáver
de sí mismo y no ha encontrado más que.
Ella no vendría jamás, ya no vuela, dejo sus plumas de almohada, sus flores tiradas y aun así no se dejó a sí
misma. Que idiota si no lo cree, pensó, Se habrá ido caminando, dejo sus alas.
MARU(Maruh Garcia )
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