sábado, 5 de mayo de 2012


Serenata



Canto con pasión
así que
de antemano
perdoná mi voz.
Te pido que no te avergüence  
que mis dedos trastabillen
y las cuerdas se me escondan
y las gotas de sudor
sean los acordes que se escurren
de mi memoria
porque el metrónomo que sigo
es el de este amor
que oscila entre tus diástoles y los míos.   
Disculpá que no te dé los chocolates
que se derritieron
porque los traía muy cerca de mi pecho
ni flores
puesto que de tan única
no encontré ramos de vos.
Mejor bajá de ahí
y callame
que tu saliva es el elíxir
de mi felicidad.

ROMANO PORRAS

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